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La inestabilidad emocional

Para entender qué es la inestabilidad emocional, es necesario aclarar las diferencias que existen entre las emociones y el estado de ánimo. A menudo utilizamos ambos términos de manera parecida, pero no se trata de lo mismo.

LAS EMOCIONES

Las emociones, son reacciones psicofisiológicas que experimentamos ante determinados estímulos y/o situaciones. La causa que la provoca, suele ser fácilmente identificable y su duración es corta, siendo al principio intensa, pero a medida que la situación va desapareciendo, van disminuyendo también su intensidad.

Surgen como respuesta inmediata ante determinadas situaciones, pero, en realidad, esa manera de reaccionar está asociada a la importancia que damos a la situación que la ha provocado.

Es decir, nuestro estilo de pensamiento, nuestra manera de ver las cosas, van a jugar un papel muy importante en la gestión de las emociones.

EL ESTADO DE ÁNIMO

El estado de ánimo es más estable y prolongado en el tiempo que una emoción, puede durar días o semanas. Es un sentimiento de fondo que persiste, pero es menos intenso. Por otro lado, no depende de una situación concreta para que surja, se trata más bien de una actitud, de una manera de estar, que va a depender de los procesos psicológicos subyacentes de cada persona.

La persona que padece inestabilidad emocional, experimenta cambios constantes en los estados de ánimo.

La persona que padece inestabilidad emocional suele presentar estas características:
  • Tiene altibajos en su estado de ánimo sin un motivo aparente o que no corresponde por su intensidad con las causas que lo originaron. Es como si viviese en una montaña rusa.
  • Tiende a experimentar fácilmente emociones negativas.
  • Suele ser una persona impulsiva.
  • Tiene baja tolerancia a la frustración.
  • No se comunica de manera asertiva.
  • Su estilo de pensamiento suele ser dicotómico; suele valorar las cosas de manera extremista.
  • Le cuesta estar sol@, necesita apoyarse en los demás.
  • Baja autoestima.
  • Mezcla los diferentes ámbitos de su vida, es decir, no sabe separar los problemas que le puedan surgir en su familia con los del trabajo, amigos, …
  • Es poco constante en sus proyectos, su implicación en los mismos, suele depender de su estado de ánimo.
  • Suele experimentar periodos de tristeza en los que pierde el interés y placer por las cosas que le rodean y estados de euforia en los que su motivación aumenta durante este periodo.
Entre las causas de la inestabilidad emocional, destacan:
  1. El modelo de educación recibido: la sobreprotección y la falta de límites predispone a que, de adultos, gestionemos de manera inadecuada nuestras emociones.
  2. El haber tenido experiencias negativas durante la adolescencia. Durante esta etapa vamos a construir nuestra imagen e identidad y, además, es cuando empezamos a ubicarnos a nivel emocional y comportamental con nuestro entorno. Por lo tanto, es cuando aprendemos nuestros patrones de conducta.
  3. El estilo de comportamiento como: ser perfeccionista, querer el resultado inmediato de las cosas, necesitar tener todo controlado, tener dificultad para la toma de decisiones, ser poco asertivo.
  4. Estilo de pensamiento: tender a la negatividad, ser extremo a la hora de ver las cosas y elaborar juicios negativos sobre si mismos.
  5. Periodos de estrés mantenidos en el tiempo.

La inestabilidad emocional va a tener unas consecuencias negativas en la vida de la persona que la padece.

Por un lado, sus relaciones personales se van a ver afectadas, ya que, la falta de control de sus emociones, generará en los demás un sentimiento de desubicación al no saber a qué atenerse cuando interactúan con ella.

Muchas de sus relaciones se perderán en el camino y esto hará que su desconfianza en los demás aumente. Por lo que, el aislamiento social será otra de las consecuencias que terminará por experimentar.

Por todo ello, su autoestima también se va a ver perjudicada y va a tener una mayor vulnerabilidad a padecer otro tipo de trastornos como, por ejemplo; la depresión o ansiedad.

El TRATAMIENTO PARA EL TRASTORNO DE INESTABILIDAD EMOCIONAL

Nacemos con unas características diferentes y especiales, pero la manera que tenemos de comportarnos en la vida es aprendida y esto, se puede aplicar también a nuestra manera de gestionar las emociones.

La terapia Cognitivo-Conductual puede ayudarte a modificar tanto tu forma de reaccionar como la manera de relacionarte con tu entorno.

Se trata de un tipo de intervención psicológica en la que se enseña a la persona una serie de herramientas para que pueda lograr una serie de capacidades:

  • Desarrollar una capacidad de interactuar con el mundo de una forma receptiva y adecuada. Inteligencia emocional.
  • Alcanzar mayor equilibrio emocional.
  • Expresar y controlar los sentimientos de la manera más adecuada en el terreno personal y social.
  • Reestructuración cognitiva: modificar los pensamientos automáticos creando otro estilo de interpretación más realista y adaptativo.
  • Manejar las expectativas y la frustración.
  • Mejorar la autoestima
  • Lograr un estilo de comportamiento asertivo que le permita generar relaciones interpersonales más estables y satisfactorias.

Estíbaliz Ruiloba es Psicóloga Especialista en Psicología clínica con amplia experiencia en el Trastorno de Inestabilidad Emocional. Puedes solicitar una consulta informativa gratuita donde poder consultar tu caso y recibir, de una manera personalizada, información sobre el tratamiento.

4 junio, 2020 Autoconocimiento, Autoestima, Control emocional