El estrés es una respuesta fisiológica, psicológica y conductual que nos ayuda a responder de una manera adaptativa a los cambios o exigencias ambientales.
Para ello, se produce una activación fisiológica que prepara a nuestro organismo para una reacción inmediata (aumento de la frecuencia cardiaca, respiratoria, tensión muscular,…) y un estado de alerta que facilita una interpretación rápida de la situación para determinar qué estrategias de afrontamiento son las que vamos a necesitar. Se trata por tanto, de una respuesta necesaria para nuestra supervivencia.
La clave para un buen manejo del estrés, no reside tanto en el elemento estresante, sino en cómo lo percibamos ya que, el tipo de interpretación que realicemos sobre lo que nos está ocurriendo, hará que se active o no la respuesta de estrés.
Por lo tanto, es fundamental disponer de unas buenas estrategias de afrontamiento, no sólo para que las situaciones estresantes dejen de generarnos malestar, sino también para evitarnos las consecuencias negativas que el estrés tiene para nuestra salud.