La ansiedad es una respuesta innata que, en muchas ocasiones, cumple una función adaptativa. Se trata de un mecanismo de defensa cuyo objetivo es ayudar al organismo a reaccionar de la manera más efectiva y rápida frente a aquellas situaciones valoradas como peligrosas.
Hablamos de una ansiedad sana, cuando ésta es proporcionada y se manifiesta dentro de unos límites. No se aprecian manifestaciones sintomatológicas, o en todo caso, son menores.
Sin embargo, cuando la ansiedad sobrepasa determinados límites se convierte en un problema de salud, reduce la sensación de bienestar e interfiere notablemente en las actividades académicas, sociales y/o laborales de la persona, llegando incluso, a reducir la libertad de sus movimientos (conducta de evitación). En estos casos, estamos ante un Trastorno de Ansiedad.