Trastorno dismórfico corporal
El trastorno dismórfico corporal o dismorfofobia, se caracteriza porque, la persona que lo padece, se centra de una manera obsesiva en algún defecto y/o imperfección leve o inexistente que cree tener en alguna parte de su cuerpo. También se pueden ver implicados otros sentidos como es el olfato, en este caso, la preocupación se centra en la posibilidad de desprender un mal olor a través de su aliento, sudor, etc.
Consiste en un tipo de trastorno en el que la persona no es consciente de que su autopercepción está gravemente distorsionada.
Se considera una persona realista y cuando los demás intentan hacerle ver lo exagerado o irracional de su creencia, piensa que se lo dicen para tranquilizarle pero que, en el fondo, están viendo lo mismo que él.
Este trastorno termina comportándose como una obsesión. La persona no puede dejar de pensar en ello, centra toda su atención en ese defecto y ocupa gran parte de su tiempo realizando continúas verificaciones de que, lo que observa, es real.
Las zonas del cuerpo en las que se suelen centrar más este tipo de dismorfias suelen ser:
- Cara: la nariz (por su tamaño o forma), la piel (huellas de acné, aparición de arrugas) y los ojos (por su forma, caída)
- Cabello (cantidad, brillo)
- Respecto al cuerpo: Las mujeres suelen prestar más atención al tamaño y forma de su pecho, cintura y nalgas.
- Los hombres suelen estar más preocupados por su masa muscular en los brazos y abdomen.
Aunque es muy probable que la preocupación por los defectos físicos comience en la adolescencia, puede surgir en cualquier otra etapa evolutiva. Y, además, esta distorsión puede variar a lo largo de los años y centrarse en diferentes zonas del cuerpo.
Las características más importantes del Trastorno Dismórfico Corporal son las siguientes:
- Preocupación excesiva por el defecto y/o imperfección percibida.
- Auto verbalizaciones negativas acerca de esos defectos.
- Desprecio sobre su propio físico.
- Considera su percepción como una verdad objetiva.
- Los demás no perciben lo mismo, lo consideran desproporcionado y/o exagerado.
- Continuas comprobaciones para asegurarse de si el defecto ha aumentado o no, si se ve mucho, …
- Procura ocultar y/o a disimular ese defecto.
- Uso de gran variedad de productos de belleza; cremas, maquillajes, etc y continúas consultas a diferentes profesionales para consultar su problema.
- Rituales mentales como compararse mentalmente con otras personas.
- Da mucha importancia a lo que los demás piensen sobre él.
- Evitación de situaciones sociales, pudiendo llegar al aislamiento social.
Las causas del Trastorno Dismórfico Corporal, como pasa en otro tipo de trastornos, es multifactorial, pero existen algunos factores que nos pueden predisponer a padecerlo. Estos son los siguientes:
- La presión por parte de la sociedad por seguir determinados cánones de belleza.
- El modelo parental recibido: si han dado mucha importancia al físico o no.
- Historial de problemas físicos en la adolescencia: acné, cicatrices, …
- Experiencias negativas durante la infancia: burlas, bullying
- Rasgos de personalidad: perfeccionismo, elevada autoexigencia
- Baja autoestima.
Una variante del Trastorno Dismórfico es la Vigorexia o Dismorfia Muscular.
Vigorexia o Dismorfia Muscular
La persona que lo padece está excesivamente preocupada por tener un cuerpo bien musculado y para ello, suele pasar muchas horas al día en el gimnasio, lleva una dieta estricta y suele tomar anabolizantes esteroides para aumentar su masa muscular.
Nunca les parece suficiente la actividad física que realizan y, cuando no pueden ir un día al gimnasio, se sienten ansiosos e intentan compensarlo al día siguiente. Este tipo de trastorno lo suelen padecer más los hombres que las mujeres.
Estas personas viven con unos niveles de angustia y ansiedad muy elevados, sobre todo, cuando tienen que relacionarse. Están convencidos de que los demás solo ven en ellos esas imperfecciones o defectos, por lo que su autoestima, se va a ver seriamente comprometida. Al final, su sentimiento de inadecuación es tan profundo, que van a terminar evitando muchas situaciones, pudiendo llegar al aislamiento social.
Las consecuencias de este trastorno pueden terminar afectando a otras áreas de su vida, como el académico, laboral, pareja y social. Por esta razón es importante buscar una ayuda profesional especializada en este tema.
Una de las terapias más validadas es la Terapia Cognitivo-Conductual. Se trata de un tipo de intervención cuyo objetivo es dotar a la persona de las herramientas necesarias para que pueda mejorar en:
- La autoestima
- La relación con tu cuerpo
- La gestión de los pensamientos intrusivos
- El equilibrio emocional
- El manejo de la ansiedad
- La eliminación de la conducta evitativa
En RUILOBA PSICOLOGÍA, te podemos ayudar, solicita una consulta informativa gratuita para que te podamos explicar, de una manera personalizada, en qué consiste el tratamiento psicológico.