La ventilación emocional
Las emociones son reacciones psicofisiológicas que experimentamos ante determinados estímulos y/o situaciones. La causa que la provoca suele ser fácilmente identificable y su duración suele ser corta, al principio la reacción es intensa, pero, a medida que la situación va desapareciendo, va disminuyendo también su intensidad.
Las emociones surgen como respuesta inmediata ante determinadas situaciones, pero, en realidad, esa manera de reaccionar está asociada a la importancia que damos a la situación que la ha provocado.
Es decir, nuestro estilo de pensamiento, nuestra manera de ver las cosas, van a jugar un papel muy importante en la gestión de las emociones.
Las emociones que nos hacen sentir bien como, por ejemplo; la felicidad, alegría, … nos resulta más fácil expresarlas. En cambio, el miedo, la ira, la frustración, … aquellas que nos generan un malestar interno, nos cuesta exteriorizarlas mucho más debido a una serie de creencias erróneas que nos van a condicionar enormemente a la hora de expresar las emociones negativas, como, por ejemplo, que expresar emociones negativas es síntoma de debilidad, nos hace más vulnerables, etc.
Las emociones no son buenas o malas, todas son necesarias porque cumplen una función adaptativa, el problema surge cuando las reprimimos y no las exteriorizamos. Cuando esto sucede, vamos a ir acumulando niveles de tensión y ansiedad que van a desembocar en una inestabilidad emocional y en problemas de somatización.
Por esta razón, la ventilación emocional es necesaria para poder canalizar nuestras emociones y liberarnos de esa carga negativa.
¿Cómo lo puedo hacer?
Para poder expresar adecuadamente nuestras emociones, tenemos que realizar un ejercicio de introspección, es decir, focalizar nuestra atención en nosotros mismos y en la situación que estamos viviendo.
Estos pasos pueden ayudarte a realizar este ejercicio. Cuando comiences a sentirte mal (no esperes a que la emoción vaya aumentando en intensidad), dedica unos minutos para observar lo siguiente:
- ¿Cuál es la emoción que estoy sintiendo? Identifícala y conéctate con ella.
- ¿Por qué creo que me siento así? ¿Qué es lo que me lo provoca? Identificar la causa es el primer paso para comprender la emoción.
- Una vez identificado el origen de la emoción, coge distancia, como si fueras un mero espectador y analiza tu interpretación anterior.
Este ejercicio nos ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva.
Expresar cómo te sientes con alguien de tu confianza es otra vía de canalización, pero si en ese momento no es posible, escribe en una hoja cómo te sientes y el motivo de esa emoción.
Nuestra salud psicológica depende de cómo gestionemos nuestras emociones, ya que, si no lo hacemos de una manera adecuada, éstas se van a ir acumulando y generando diferentes tipos de trastornos como, ansiedad, depresión, etc.
La terapia Cognitivo-Conductual te puede enseñar a gestionar las emociones.
Estíbaliz Ruiloba es Psicóloga Especialista en Psicología Clínica y realiza una consulta informativa gratuita donde puedes recibir información de una manera personalizada.
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