Las consecuencias de una autoexigencia elevada
La autoexigencia está bien considerada dentro de nuestra sociedad, cuando hablamos de una persona exigente, nos imaginamos a una persona constante, voluntariosa, persistente en sus objetivos y con éxito.
Este comportamiento es adaptativo y funcional cuando responde a nuestras capacidades, conocimientos y se ajusta a nuestras circunstancias.
Pero cuando esto no ocurre, se convierte en disfuncional y termina dañando enormemente a nuestra salud física y emocional.
Una persona tiene una autoexigencia elevada cuando:
- Desconoce sus propios límites y el objetivo que se autoimpone es muy elevado o inalcanzable.
- Convierte sus retos en obligaciones.
- Su comportamiento se rige bajo una rígida autodisciplina. Tiene una excesiva previsión y planificación. Se siente culpable si no lo cumple.
- Se esfuerza enormemente por conseguir su meta a pesar del sufrimiento que le genera.
- Tiene dificultad para delegar tareas.
- Tiene miedo al fracaso.
- Tiene necesidad de reconocimiento.
- Su sentimiento de auto valía depende del resultado obtenido.
- El resultado es lo que tiene importancia y no el proceso. Se valora por lo que hace y no por lo que es.
- Se focaliza en los aspectos negativos de su conducta.
- Tiene una elevada autocrítica.
- Piensa de una manera dicotómica: las cosas están bien o mal, no hay término medio.
- Posee una baja tolerancia a la frustración.
- Tiene una sensación de insatisfacción constante.
Se trata de un estilo de comportamiento basado en una baja autoestima que genera un elevado nivel de estrés y termina afectando a la salud de la persona.
Las consecuencias de una autoexigencia elevada:
- Autoestima frágil y cambiante. En función de cómo le salgan las cosas, su sentimiento de valía personal oscilará de manera significativa.
- Rumiación excesiva. Analiza constantemente su comportamiento centrándose en aquello en lo que considera que ha errado.
- A nivel emocional: depresión, ansiedad, estrés, agotamiento psicológico.
- En el ámbito social: la persona tiene dificultad para decir que no cuando le piden algo. Tiene necesidad de ser valorado y teme decepcionar a los demás.
- A nivel físico, son frecuentes las somatizaciones como; contracturas musculares, migrañas, trastornos gastrointestinales, fibromialgia, etc.
- El miedo al fracaso puede conducir a la persona a la procrastinación. Termina posponiendo lo que tiene que hacer porque anticipa una elevada dificultad y posibilidad de error en la tarea.
Este patrón de conducta es aprendido, por tanto, podemos cambiarlo y mejorar nuestra calidad de vida.
TRATAMIENTO
La Terapia Cognitivo-Conductual es un tipo de intervención que trata de modificar aquellos patrones de conducta que no son ni adaptativos ni saludables. En primer lugar, se enseña a la persona a identificar dichos comportamientos para que sea consciente de ellos y pueda modificarlos mediante una serie de herramientas que irá adquiriendo durante el proceso terapéutico.
Los objetivos terapéuticos son:
- Identificar las áreas de nuestra vida en las que mostramos una elevada autoexigencia.
- Construir una sana autoestima. Identificar nuestras fortalezas y nuestros límites para poder definir nuestros objetivos a partir de una base sólida y realista.
- Aprender a reforzarnos, a valorarnos por lo que somos y no por lo que logramos.
- Aprender a relacionarnos de manera asertiva. Que nuestro comportamiento no esté condicionado por la opinión que puedan tener los demás de nosotros.
Ser capaces de decir que no, tomar nuestras decisiones, etc. - Modificar nuestro estilo de pensamiento. Identificar las creencias desadaptativas que distorsionan nuestra percepción acerca de nosotros mismos y la de los demás.
- Destinar tiempo para uno mismo. Revisar nuestro orden de prioridades para dar cabida al tiempo de ocio y de descanso.
- Aprender a gestionar las emociones. El estar ocupado constantemente nos impide tomar conciencia de las emociones que sentimos. El aprender a escuchar a nuestro cuerpo es necesario para poder entender y gestionar nuestras sensaciones y sentimientos.
Estíbaliz Ruiloba es Psicóloga Especialista en Psicología Clínica y trabaja desde un enfoque Cognitivo-Conductual adaptado a las necesidades de cada persona.
Realiza una consulta informativa gratuita donde puede valorar tu caso de una manera personalizada. Si estas interesad@ puedes solicitarla llamando al teléfono: 944160206.